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domingo, 23 de enero de 2011

EL LUDÓPATA SE ESCONDE DE SÍ MISMO.

El ludópata vive en una red de mentiras con su ambiente y consigo sí mismo, saltando la ley de la sinceridad en sus relaciones, para evitar ser descubierto, haciendo de ese juego de las escondidas del espíritu un síntoma de la división entre consciente e inconsciente, que es lo que hace complejo al humanito, y lo somete al trabajo de coordinar una doble visión de la vida, entre cómo él quiere verla con su entendimiento, su ideología, y la forma en que la realidad se la impone.

En lugar de asumir el esfuerzo de pensar su posición, se esconde de sí mismo en el juego. Es decir que, como pasa con el síntoma, en su pasión jugadora busca lo simple y trata de evitar lo complejo. Pero, como siempre ocurre en estos casos, la realidad se le cuela por la ventana.

La terapia de rehabilitación de conducta que lo enfrenta a la necesidad de reconocer y acatar la ley, acompañada del psicoanálisis, que ayuda a captar el concepto de inconsciente recorriendo el camino que lo llevó hasta allí, encuentra su forma de tratamiento más eficaz.

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