EL CONCEPTO DE INCONSCIENTE PERMITE ENTENDER LA CONCILIACIÓN ENTRE CULTURAS

El inconsciente es la base de la naturaleza psíquica humana, por lo que todos somos semejantes en lo esencial, más allá de las diferencias culturales.

Mientras que la identificación del hombre con su cultura lo hace sentir distinto con sólo pasar una frontera, todo humanito tiene una naturaleza psíquica común en que confluyen las más distintas historias. Las cosas fundamentales son las mismas, y las historias particulares representan espejos en que estas se reflejan. La felicidad, la desdicha, el amor, la muerte, la enfermedad, el deseo siguen para todos los mismos patrones.

Cuando los exploradores europeos del siglo XIX aprendieron a descifrar las tablillas en que escribían sus cosas los habitantes de la Mesopotamia de hace 4.000 años, se constató que además de las cuentas domésticas y las relaciones de descendencia, se hablaba de por qué los hijos no respetaban a los padres, de lo difícil que era la comunicación en familia, el amor, la vida, la enfermedad, la muerte, el sentido y la aventura del vivir; vale decir, de lo mismo que ahora.

En el fondo, atravesando el tiempo, el espacio y las propiedades particulares de las culturas, somos los mismos.

Alguien puede pensar que lo esencial es la historia particular, aquellos sucesos que hemos vivido y nos han marcado. Esta es una concepción que corresponde a una filosofía de la consciencia, pero desde el punto de vista del psicoanálisis, que centra el psiquismo en lo inconsciente, sostenemos la primera lectura.