Humanito:
- Señor Smith, es usted un gánster.
Sr. Smith:
- Sí señor Humanito, pero soy mejor que el gánster de enfrente.
Humanito:
- ¿Piensa que acabar con Usted no es relevante para cambiar el sistema?
Sr. Smith:
- Me ha sacado la palabra de la boca, el sistema no se cambia porque cambiemos las piezas.
Humanito:
- Eso es así hasta cierto punto, pero hay momentos de inflexión del sistema mismo en que una variante determinada lo transforma. Recuerde a los bárbaros cuando acabaron con el acueducto romano.
Así como no se puede forzar, se lo pude vencer observándolo desde el ángulo adecuado.
Como en esta fantasía de un diálogo social, en el tratamiento psicoanalítico de los trastornos de personalidad, equivalentes a una suma de conflictos emocionales, similar a las capas de cebolla, cada paso de la intervención del terapeuta, cada interpretación inconsciente no cambia nada en apariencia, sin embargo, con el tiempo el proceso de estas intervenciones va cambiando el sistema.
La dificultad crítica de su curación no está en superar la estructura inconsciente del trastorno sino en la incapacidad de compresión de este proceso, lo que dificulta al paciente aceptar el largo tiempo que requiere el tratamiento.
Algo similar ocurre en la reparación especializada de un coche antiguo muy deteriorado; resulta increíble que pueda renovarse, aunque en manos de un equipo adecuado llega a ponerse al día. Todos hemos visto algunos estos “milagros” en los videos de la tele.
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