“No hay para la belleza más origen que la
herida, singular, distinta para cada uno, o visible, la que todo hombre guarda
en su interior, preserva, y a la que se retira cuando decide abandonar el mundo
por una soledad temporal pero profunda”.
Es una bella descripción de la angustia. Se
nos pone de presente cuando decimos que las tendencias sexuales no es lo que
determina al ser humano, lo que lo determina es la angustia.
Este lugar que nos hace ser, vacío al que
percibimos como si fuera un todo, nos hace desear algo, ´esa profundidad´.
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