PATRICK
SUSKIN. ´EL PERFUME´
El psicoanalista francés Jacques Lacan,
construyó una idea a la que llamó ´objeto
petite a´, objeto pequeño a. Con el cual consiguió explicar la causa del
deseo inconsciente en el que Freud consideró que estaba lo que hace funcionar
el psiquismo humano.
Lo llamó pequeño a porque es una pequeña
parte del objeto real deseado, y es la causa de que este objeto real, sea
deseado. Cada pirata busca su tesoro escondido, cada Ulises busca su Ítaca,
cada Capitán Akab busca su ballena blanca.
La idea es realmente ingeniosa. Se trata de
algo que le falta al objeto. Digamos que el objeto real es el objeto grande o
el gran objeto y este pedacito que le falta es el “objeto pequeño a”.
Este objeto pequeño a simboliza lo que le
falta al objeto para ser una entidad completa, una cosa tan maravillosa como se
la imagina y se la siente.
Lo curioso es que gracias a que el objeto
deseado en la realidad no es perfecto, es que es deseado.
Para Lacan, gracias a que el objeto deseado
no es perfecto, es que se lo busca inconscientemente para completarlo.
El ser humano es un sujeto deseante, gracias
a que desea, existe. Y lo que garantiza que siga deseando es que el objeto de
su deseo es incompleto.
Así, el deseo tiene un carácter
verdaderamente alucinado. El sujeto siente que es súper completo. Para tapar la
falla, la falta de un pedazo del objeto, él puede idealizarlo sintiendo que es
perfecto, algo del otro mundo.
Remito al lector a su propia experiencia del
sentimiento de estar enamorado, que todos hemos sentido alguna vez, por otra
persona, una cosa o una situación.
¿Por qué el que gana mucho dinero o poder no
puede dejar de buscar ganar más? Este extraño fenómeno tan humano, esta
ambición humana, se debe al objeto pequeño a, a eso que le falta al objeto
amado para seguir amándolo, para que le resulte imposible dejar de amarlo.
¿Por qué quiere más dinero Soros, por
ejemplo, el súper millonario Soros? Quizás porque su fortuna no le evita ser
viejo. Y para negar esta falla, este ´engaño´ del poder, que lo no permite ser inmortal,
trata de ser todavía más rico, más poderoso, y así se dedica a destruir los
bienes del mundo entero lo que le permite negar el horror de la muerte cercana.
Las técnicas de marketing se basan, en el
fondo, en esto; en esta necesidad de idealizar, hasta alucinar aquello amado;
así nos hacen sentir que tenemos que comprar más, sin relación con la necesidad
material, pero que necesitamos simbólicamente para seguir viviendo como
personas deseantes.
En el notable best seller de los años 80, ´El
perfume´ de Patrick Suskin, es el perfume milagroso el que ocupa el lugar del
objeto a.
Su fantástico aroma se muestra irresistible
para cualquier consciencia o valor consciente, llevando a los que sienten su
alucinante aroma, más allá de cualquier límite que tienen en sano juicio.
Ya subido al cadalso, cuando están a punto de
ahorcarlo, el perfumero deja volar sobre la furiosa multitud, un pañuelo
empapado en perfume, y olvidan sus sentimientos de venganza, pasando a sentir
una pasión amorosa irresistible y unos a otros se besan y abrazan en una orgía
indescriptible hasta el amanecer.
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