Páginas

leschnit@yahoo.es

sábado, 16 de junio de 2018

TRABAJANDO EL LENGUAJE HACIA EL POSCONFLICTO. *




*Armando Silva Tellez. (Periódico El Espectador. 24 agosto 2015. En pleno proceso de cierre de los acuerdos de paz en Colombia).

“Cuando todo está destruido, la posibilidad es poética”
Grupo Cero, Escuela de Psicoanálisis.

El hecho de pedir perdón.

“El presidente nos pide que cambiemos el lenguaje con las Farc, y nosotros le demandamos a este grupo que no ignore a las víctimas, sino que les hable, las escuche con respeto y no con ideología y, sobre todo, les confiese.

Pedir perdón no es sólo una ceremonia cristiana, es algo profundo de la naturaleza humana. Con el lenguaje se cura o pasa lo contrario, se odia por no pedir perdón, y así no puede haber paz.”

Nos dice Silva que ´Pedir perdón es algo profundo de la naturaleza humana´. Nos sentimos de acuerdo.

Como psicoanalistas, nos sentimos necesitados de hacer una pregunta:

Esta ´profundidad´ que tiene el perdón

¿A qué responde?
¿En qué sentido es profundo?

“Con el lenguaje se cura o pasa lo contrario, se odia por no pedir perdón, y así no puede haber paz”.

Son las palabras las que producen un hondo efecto en el alma.

De su propia experiencia cualquiera puede recordar cuando estuvo en una situación de conflicto con otra persona, y se siente culpable de haberle producido un daño. La presencia interna de ese sufrimiento le desviará su destino, cargándolo de pesares y de violencia.

Pedir perdón implica algo que va más allá de unas palabras pronunciadas por cálculo o conveniencia, es un cambio interno, es haber tomado consciencia del propio ser. De lo que me hicieron, de lo que hice

Intención de perdonar.

Desde el punto de vista del psicoanálisis el perdón, por parte de la víctima, cuando se produce, no suele ser absoluto, como si dijera, voy a perdonar a mi agresor y con ello todo queda olvidado dentro de mí. No es sólo pronunciar las palabras.

No es posible de esta manera absoluta, pero sí es posible como un camino, como una intención de perdonar.

Y aunque este perdón no pueda ser total, abre un camino hacia esa posibilidad, un camino a que el futuro no quede anclado en el pasado, viviendo del horror de la herida sufrida, que se extiende a su futuro como una condena.

Abrir un camino hacia otro futuro, rompiendo la dependencia del horror vivido.

Como lo señala Silva, el lenguaje tiene profundos efectos en el ser humano, en su psiquismo.

Esto se debe a que la mente humana está armada, sujetada con palabras.
Por decirlo de un modo cercano a Lacan:

´Vivimos en la casa del lenguaje´.

En esta ´casa´ se construye el sentido de la realidad.

“Pensando de un modo optimista, creo que puede venir en estos tiempos oscuros un estado de creatividad. Ya que, en nuestra propuesta, la paz también es un proceso de creatividad mental” nos dice Silva.

Juntas, la palabra creatividad con la palabra lenguaje, son una fórmula importante para la elaboración del posconflicto.

Nuestra idea / proyecto ´COLOMBIA TALLER DE ARTE´ que venimos desarrollando como un paradigma que permita generar y reunir proyectos creativos, de los cuales muchos (muchos más de los que tenemos datos, probablemente) están en curso en el país, potenciándolos de modo proactivo.  

Por muchas razones, el final de la guerra es un tiempo de gran creatividad, sin la cual la paz no podrá salir adelante.

Se trata de crear un país distinto, se trata de un cambio cultural.

Esta propuesta del posconflicto es ya una obra de arte gigantesca, de la cual la materia prima, la arcilla, es la sociedad misma.

¿Cómo hacerlo?
¿De que maneras?
¿Con qué herramientas?

Hay que inventarlo. No puede a nuestro entender haber una situación más necesitada de creación y al mismo tiemplo más preparada para la creación.

Sin pretender que el fomento de las actividades creativas resuelva por sí mismo los problemas socio económicos que se enfrentan, creo que podrían dar a la población una dirección cultural.

Además de que se pueden, por qué no decirlo, organizar estructuras de comercialización de obras de arte del posconflicto colombiano, para consumo interno en el país y para su exportación a los países que están pendientes del desarrollo del posconflicto colombiano, en el que actúan como garantes del proceso de paz.

Le haría bien a la imagen del país y podría generar recursos para ayudar a la inclusión social.
Muchas pequeñas microindustrias coordinadas para la comercialización no serán un programa corporativo, pero puede ser un diseño de progreso.

Forma de educación.
Funcionamiento de los medios.

“La televisión que educa no es la que se propone hacerlo de modo explícito, sino aquella que, en medio de un cuento bien echado, da salidas. Existen paradigmas en la creación de nuevos escenarios donde se incita a la igualdad antes que, en enseñar, como loras mecánicas, a ser iguales. Y en estas situaciones los medios juegan mucho.”

Defendemos un proyecto en medios.

Ul trabajo de largo aliento en los medios, con base en materiales tomados de los juicios del perdón y la verdad de la ley transicional, en forma de videos, audios y relatos, con la conceptual que nos facilita la teoría psicoanalítica, de que tanto el perdón como el olvido ´son posibles, pero no del todo. ´

La cuestión de la verdad de los declarantes, convertida en programas de debate social durante todo el tiempo de duración de los juicios cumple, a mi entender, con esta noción que nos deja Armando Silva.

Finalmente, remata Silva:

“El lenguaje de la paz es un misterio y puede pasar a ser el protagonista del proceso.”

En efecto, no será el discurso de la certeza el que usemos para entendernos, porque es la base del enfrentamiento.

Aprender a escuchar defendiendo lo propio pero haciendo un lugar en la mente, en que el otro pueda llegar a tener razón.

Un discurso prevenido hacia el otro, no tolerará que éste piense diferente, porque el sujeto de la certeza es el que cree que su verdad es la única posible, por lo cual desvaloriza al que piensa diferente y puede incluso verse tentado de eliminar al portador de esa palabra, con trucos de comunicación que esconden sus verdaderas ideas.

Negociación es escuchar.

Que eliminar al otro no sea la única forma de ´conversar´. Se puede llevar al acuerdo esta negociación, pero, como estamos todavía en guerra, tenemos nuestro discurso asentado por décadas de muerte.

El lenguaje de la paz, como dice Silva, puede conducir el proceso y su lógica debe ser la del interrogante de cómo hacer el país.

¿Por qué no?
Los colombianos no son ignorantes, como ellos mismos creen de sí mismos.

Son hombres complejos enfrentados a una situación compleja.
¿Por qué no podrían triunfar y construir el país más pacífico del mundo?
Producir otra maravilla de colores como lo hicieron los sudafricanos.

Una casa sin goteras.

Los que fueron víctimas de la crueldad tienen ganas de tener una vida posible, humilde pero digna, con una casa sin goteras.

Quizás este objetivo para algunos resulte despreciable, poca cosa, porque enfoca a priori a los humildes con la ideología de los perdedores, que entiendo que el que tiene un objetivo modesto es alguien que no vale la pena tener en cuenta.
Un nadie cuya vida o su muerte no importa. Alguien que no tiene derechos humanos.

Necesitamos darles las migas que caen de nuestras mesas, con lo cual ellos se sentirán agradecidos porque ganan con ellas poder empezar a organizar sus vidas dignas.

¿Qué hay en ello que temer?
Nada en mi opinión, si se hacen las cosas de una manera inteligente. Inteligencia no falta en Colombia, sino lo contrario, a mi entender el pensamiento colombiano es de elevada inteligencia.

Como extranjero con corazón colombiano, creo que se puede crear un país con vocación de paz porque ya ha aprendido la dura lección de la violencia. Como les pasó a los europeos en sus masacres del S. XX.

Sabemos que a la larga la guerra es un mal negocio. Los pacifistas tienen por delante la tarea de hacer que el oponente tome consciencia de esto.

Pensar en creatividad en estos tiempos oscuros puede sonar ridículo a primera vista, sin embargo, como rezaba el epígrafe del primer número de la Revista Grupo Cero en Buenos Aires:

“Cuando todo está destruido, la posibilidad es poética.”

¿Qué cosa está destruida?

– El alma ha dejado de creer en la realidad. Lo que nos parece la inevitable enfermedad mental de este pensamiento.

Con esta base se hace necesario reafirmar, reconstruir, la idea de que existe una realidad para construir entre todos.

No hay comentarios: