De este concepto,
que ha impregnado la cultura, todo el mundo ha chupado rueda, ya sea para
oponerse, como para utilizarlo cambiándole el nombre y al mismo tiempo
negándole valor.
Nada ha vuelto a
ser igual después de su aporte que se opone a toda la filosofía de la
conciencia cuyo culmen fue Descartes, donde el Cogito se contrapone con el concepto de inconsciente.
Las nuevas
teorías del comportamiento y de la genética psíquica, lo dejan fuera de su
concepción de ciencia, pero lo descubren en el seno de las realidades que
describen.
Desde el punto
de vista terapéutico puede afirmarse que cualquier comunicación entre el hombre
y el mundo puede curar, pero “Freud vive” en el momento en que esa experiencia
no resulta eficaz en la cura de la neurosis, porque allí se revela necesario
hacer un trabajo sobre el inconsciente, que es el del método psicoanalítico.
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