1. Naturaleza:
Neurosis multi defensiva. Reacción de defensas del yo sucesivas que van
afectando subsecuentemente la personalidad.
2. Tratamiento psicoanalítico:
La duración del proceso y la toma de conciencia de la naturaleza del
problema como aspectos peculiares del tratamiento en esta patología.
Desarrollo del punto 1:
El origen del TDP es una neurosis de raíces infantiles que en lugar de
cursar hacia una fijación inconsciente expresada en un determinado síntoma como
por ejemplo fobia, ansiedad, depresión, o
dirigirse a su resolución, va formando defensas emocionales sucesivas.
Por ejemplo un niño con tendencias agresivas inconscientes, para
defenderse de sus fantasías de agresión hacia otros o hacia sí mismo, la
reprime. De este modo a su agresividad se ha agregado un bloqueo emocional. Un
paso más en la producción de defensas es que para tolerar el sufrimiento que le
produce la represión de sus emociones, empieza a generar en su pensamiento una
interpretación que justifica a sus ojos no sentir emociones, con lo cual se producen
aspectos delirantes en su interpretación de la realidad.
Desarrollo del punto 2.
La persona con este trastorno no suele vivenciarlo como una neurosis; el
ansioso sabe que padece un síntoma e
intuye que podría resolverlo si aprendiera el camino, en consecuencia puede
aceptar el trabajo de la psicoterapia.
El TDP por el contrario siente que se enfrenta a una situación
insalvable. En realidad tiene cierta razón, pero en absoluto la tiene del todo.
La sensación de enfrentar una situación masiva de dificultades justifica hasta
cierto punto este sentimiento negativo, pero esto se debe a que no sabe cómo entender
la estructura o naturaleza de lo que le afecta.
Por eso es esencial que la persona tome consciencia de los mecanismos
que padece y una primera parte de su tratamiento ha de dedicarse a esta información.
Un aspecto del que ha de tomar consciencia es el prolongado tiempo que
le llevará este camino por lo intrincado de estos factores. Otro es que es
curable de forma completa como ocurre con las neurosis sometidas al
psicoanálisis.
La cuestión de la curabilidad:
Dijimos que si se lo entiende de esta forma el TDP es curable.
Después de las explicaciones anteriores puede verse por qué es así, ya
que si el paciente ve que aunque la dificultad es grande tiene salida como
cualquier neurosis, podrá aceptar que no se enfrenta a otra cosa que una
neurosis con la complicación añadida de haberse desarrollado en sucesivas capas
como una cebolla y tendrá que armarse de la paciencia suficiente para irlas
resolviendo de una en una, en la confianza que se podrá llevar adelante el
proceso de cura hasta la resolución total del problema.
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