Dentro del asunto más general de la ciber
realidad, las relaciones sexuales virtuales han recibido distintas
interpretaciones respecto a cuánto tienen de reales.
Justamente, según la idea de realidad que se
asuma, lo virtual como opuesto o al menos diferente a lo real, puede ser
interpretado de distintas maneras.
A la discusión sobre hasta qué punto es real
el sexo virtual, Lacan contesta del modo que nos parece más psicoanalítico. Dice
que tiene tan poca realidad como la misma relación sexual física.
Ambas se sienten reales por el sentido que
les da el vestido de símbolos que inconscientemente el sujeto les confiere y al
que su percepción responde.
Un buen ejemplo para visualizarlo es el
estado de enamoramiento. Vemos con claridad que no están en el objeto real los
atributos que el sujeto siente que posee.
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