Siendo que el significante representa al
sujeto para otro significante, ¿qué es este sujeto que somos?
Una especie de deslizamiento, una casi nada.
Como lo dice Hegel, la esencia del sujeto es una nada absoluta, nada de nada.
Cero patatero.
Sin embargo en la discusión sobre la
naturaleza del alma, el presocrático concluía, “nada sí, pero no nada”, dejando
al descubierto la naturaleza material del símbolo.
Si lo consideramos desde un punto de vista
sustancial, estamos con Hegel en el ser de la nada absoluta. Si lo consideramos
como el deslizamiento en la
producción del sentido cada vez que un eslabón de la cadena se pierde y otro
ingresa, como en la teoría del significante de Lacan, queda para el sujeto el
sentimiento de verdad que se le impone a cada paso; aunque variable en el pasar
del tiempo, inevitable y absoluto en cada instante.
Esto explica la inevitable seducción de la
imagen, secreto poder del objeto. Podría ser otro y por ello el que es se
vuelve material.
Quién diría después del amor que somos los
mismos y sin embargo volveremos a ser absolutos para el deseo del otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario