¿DÓNDE QUEDA EL PENSAMIENTO?
LA VIDA COMO OBRA DE ARTE.
Lo creativo idealizado,
elevado a los cielos, sin base de pensamiento, es ubicado en el mundo post
moderno a la reedición de disneylandia.
Su importancia
sin embargo es esencial en el pensamiento humano, mecanismo que se produce a sí
mismo, en permanente cambio. Lo sabemos a partir del concepto de inconsciente y
la teoría del significante.
En el tiempo
post moderno se ha extraviado el pensamiento, al sustituirlo por la información. El juego creativo, esencial en la
producción de pensamiento, ha dejado a la creatividad bailando sola en el
desierto.
En una fina trampa
ideológica, basada en el prestigio de su virtud, se reivindica la creatividad
como esencia de la vida, quedando oculto que al quedar privada de la base
material de pensamiento, se convierte en una perversión.
La creación de
pensamiento recrea la realidad, sin embargo la creación por sí sola produce apariencias que confundimos con
realidad.
¿Qué quedará de
esto cuando la ilusión caiga y nos demos cuenta que estamos creando más que
nunca, pero en la mitad del aire?
El ser que no
piensa y sólo juega, está en el mundo maravilloso de los pequeños que aprenden a
hablar, donde toda experiencia es nueva y arrima una pieza a la construcción del
pensamiento. En el adulto que ya aprendió a pensar es una regresión; deja de
lado la realidad quedando esta librada a la ideología de turno, vale decir regida
por las frases hechas.
La teoría del
significante nos enseña que el pensar humano incluye la creación y permite
concluir que la vida para el arte, o
incluso la vida misma entendida como obra
de arte, tienen validez como propuesta.
Fracturando los
contextos, la estructura post moderna endiosa la creatividad, al confundirla
con el pensamiento que ha dejado de existir.
La teoría del
inconsciente nos permite ver que la creación es una función del pensamiento.
No hay
pensamiento sin creación. Sólo con creación – sin pensamiento - hay infantilización sin proyecto social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario