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domingo, 21 de mayo de 2017

BORGES. OLVIDO. ´FUNES EL MEMORIOSO’.

Perdón y olvido como intenciones.


Según Héctor Abad Faciolince, para Borges “pensar es olvidar diferencias, generalizar, abstraer”.

En el cuento de Borges ´Funes el memorioso´, a causa de su perfecta memoria, Funes no puede pensar porque todo su cerebro está ocupado por detalles.

Intentar el olvido.

El olvido es el descanso, el perdón de los recuerdos infames está es intentar el olvido.

Ambos, olvido y perdón no son alcanzables del todo. Perdonar es la intención de perdonar, olvidar es la intensión de olvidar. Y no son vanas.


domingo, 6 de septiembre de 2015

EL IMAGINARIO ES LA ÚNICA PROPIEDAD PRIVADA. Distintos en apariencia, semejantes en esencia.





Desde el punto de vista psicoanalítico todos los hombres somos hermanos porque todos tenemos un inconsciente, construido por una serie de luces combinadas con idéntico funcionamiento. Decimos “luces” por usar una imagen familiar a la que nos tiene acostumbrado el pintor que sabe combinar los colores partiendo de los tres primarios y siguiendo por efectos que se desprenden de estos. Cada maestro logra su estilo particular pero todos están abrigados bajo el paraguas de la forma en que se combinan según su manera de reaccionar ante la luz.
El amarillo que conocen nuestros sentidos es imaginario, pero es un efecto de la química de los pigmentos.

Entendemos que las situaciones socio económicas determinan imaginarios sociales, pero debe saberse que en lo psíquico no hay diferencia entre los seres humanos de cualquier condición, por lo que cualquier diferencia de calidad humana que se vea existir entre los diferentes grupos sociales es sólo un prejuicio. Sobre esta base se sustenta el respeto que todos tenemos derecho a tener de los demás.
No es posible para el ser humano desprenderse del imaginario, pero sí lo es saberlo relativo desde el conocimiento que es un efecto.

Como dice Borges en uno de sus prólogos, “es circunstancial, lector, el hecho que al abordar este libro seas tú el lector y yo el escritor”.





miércoles, 12 de septiembre de 2012

IDEOLOGÍA DE LA SUSTANCIA: LA CUESTIÓN ES TAPONAR AL SUJETO.


El sujeto de la teoría psicoanalítica, centrada en el concepto de Inconsciente, tiene la característica de estar partido entre consciente e inconsciente. Es lo que Freud llamó la Spaltung (división) del sujeto.
No otra cosa propone en su teoría del lapsus o equivocación verbal, o en la teoría del chiste.

Es curioso que esta concepción surja de lo que el sentido común considera cosas inicuas, sin relevancia o descartables, como son las equivocaciones verbales, los chistes y los sueños.

Los sueños en particular estaban considerados por la psicología de su tiempo como fenómenos de desecho del pensamiento que se producían durante el dormir.

Como lo señala Estanislao Zuleta entre nosotros, la concepción psicoanalítica del sujeto va en contra de las concepciones centrales de nuestra cultura, tales como la doctrina evolucionista en psicología, antropología y sociología, de filosofías como la de Hegel, de las doctrinas fenomenológicas y el pensamiento religioso, con los que se contraponen de forma clara e irreconciliable. Por lo tanto, para Freud era de esperar una gran oposición, silencio, rechazo, tergiversación, es decir, una pésima recepción para ese elemento extraño de la cultura de su época, el inconsciente.

Esta oposición al psicoanálisis es lo que centra también en el día de hoy las diversas concepciones que lo critican con mayor o menor profundidad. Están centradas en ese sujeto dividido entre consciente e inconsciente. El cognitivismo, que considera ciencia sólo a lo que resulta cuantificable. El constructivismo que le niega una estructura material, considerándolo dependiente de los aspectos sociales. Se sostienen en un lugar común, la oposición a la idea de sujeto.

Se nos impone una pregunta;
¿Por qué molesta tanto el sujeto del inconsciente?
- Por algo sencillo y al mismo tiempo de amplio alcance: Las concepciones de nuestra cultura están armadas sobre la noción de idea absoluta.

Yo puedo amar a alguien o a algo a tal punto que dedico a ello toda mi vida. En una cultura basada en la noción de idea absoluta como la nuestra, para poder lograr esta definición tengo que carecer de toda duda, tengo que pensar que lo que amo es único. Otra cultura sería aquella que puede amar sabiendo que sería posible que amase a otra cosa.
La primera piensa que el objeto real existe por un principio que vive en el mismo objeto, piensa según la idea de esencia, vale decir de creer que hay algo en el centro del objeto, una especie de brillo interior que lo hace existir.
La segunda es de una mayor elaboración, que no hemos alcanzado, piensa que el objeto material se nos ha impuesto por condicionamientos que hemos vivido en nuestra historia personal y social y que este lazo con la realidad es lo que lo hace real; sin embargo en sí mismo no existe nada particular que haga que lo hayamos elegido. Como lo dice Borges en uno de sus prólogos, dirigiéndose al lector: Es casual que tú seas el lector y yo el escritor, en otra circunstancia diferente podría ser lo contrario.

lunes, 30 de julio de 2012

CREPÚSCULO. SIN TEMOR Y SIN ESPERANZA.




Si no estoy mal la frase es de Heidegger. En todo caso me persigue desde que mi viejo amigo Murri me dijo que era su guía de vida. Le he creído en un acto de fe, preguntándome de todos modos por su sentido.
Me la he vuelto a encontrar inesperadamente en un poema de Borges sobre los judíos expulsados de España:

"Abarbanel, Farías o Pinedo,
Arrojados de España por impía
Persecución, conservan todavía
La llave de una casa de Toledo.

Libres ahora de esperanza y miedo,
Miran la llave al declinar el día
En el bronce hay ayeres, lejanía,
Cansado brillo y sufrimiento quedo".

La acumulación de las cosas vividas – “ayeres, lejanía,
cansado brillo y sufrimiento quedo” – produce una distancia con la historia que impide la sorpresa e implica una liberación, la de la esperanza y el miedo.
No tener miedo parece una liberación, pero ¿Puede ser una liberación perder la esperanza?
Estamos acostumbrados a pensar lo contrario. ¿No decimos acaso que la esperanza es lo último que se pierde?

¿En qué perspectiva se ha ubicado la vida para que la esperanza sea un peso del que nos podemos liberar?
- La liberación del que ya no espera nada es quizás demasiado utópica o lejana a nuestros pensamientos para que podamos comprenderla, como un poema del crepúsculo, de la vida aún viva y ya pasada. Somos quizás todavía demasiado jóvenes.

domingo, 19 de febrero de 2012

EL PSICOANÁLISIS ES LA CIENCIA DEL RECONOCIMIENTO


El psicoanálisis es un método de comunicación que trabaja las fallas de reconocimiento que están en la base de los trastornos mentales.

En el fondo los problemas emocionales pueden entenderse en el plano del reconocimiento.
Así, en la base de un trastorno siempre hay una dificultad de reconocimiento que lleva a la producción de síntomas.

Los métodos de modificación de conducta o de ampliación o modificación de la información, son de eficacia escasa, debido a que dejan de lado los procesos de reconocimiento.
Las terapias derivadas de teorías del sujeto entendido como sujeto de conocimiento consciente, como la teoría cognitiva, o de una combinación de conductas ordenadas adecuada o desadecuadamente, como la teoría  conductual, resultan ineficaces al dejar de lado ese mecanismo de formación psíquica.

La formación del sujeto no se da sólo en el momento en que se inicia su construcción mental en la etapa infantil de las primeras identificaciones; se establece en un tiempo continuo, en un presente permanente  durante toda la vida.
En un extremo puede decirse que toda comunicación humana, pone en juego la formación del sujeto, su estructura.

Dice Borges: “Nunca sabemos que palabra puede estar cargada como un arma”.
Si cualquier palabra puede herirnos, el sujeto sólo se sostiene por el reconocimiento del otro, presente en cada una de sus palabras.

viernes, 8 de abril de 2011

PRESENCIA DEL SIGNIFICANTE

En esta entrañable fotografía de un niño de hace 60 años mirando el escaparate de una librería, con su sombra alargada sobre el suelo que nos sugiere la larga proyección que tendrá para él esa mañana barcelonesa, puede sentirse una de esas escenas simbólicas que producen un punto de inflexión en el destino vital del sujeto.

Una marca en el camino correspondiente a lo que Lacan señala en su teoría del sujeto del lenguaje como presencia de un significante, uno de esos elementos de la cadena inconsciente productora de sentido que ha de guiar a cada persona durante su historia de vida.

¿Qué otra cosa quieren decir los poetas al afirmar que la patria del hombre es su infancia?

¿En qué punto nos sorprenderá la instalación de un significante? No parece algo previsible.

Como dice Borges, “no se sabe qué palabra puede estar cargada como un arma”, debido a lo cual también afirma que la vida es una aventura y sigue siendo una aventura hasta el momento mismo de la muerte, independientemente de la mayor o menor fortuna de la realidad. Afirma también, en la misma lógica, que somos fortuitos, casuales.